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martes, 8 de enero de 2013

Redes sociales: un vital oxígeno contemporáneo


Las nuevas tecnologías de la información y comunicación (TIC) ya no se pueden pensar más como un fenómeno meramente tecnológico. En la actualidad su alcance es tan significativo que representan una relevante transformación social. Fueron las mismas prácticas culturales, las que se vieron drásticamente modificadas por la férrea oleada virtual, al tiempo que los cibernautas ratificaron sus beneficios y rendimientos mediante su masiva concurrencia a la red. En ese sentido, la investigadora argentina de la Universidad Federal de Río de Janeiro, Paula Sibilia, examina en su libro “La intimidad como espectáculo” los cambios que surgieron en la privacidad de las personas a raíz de la irrupción de la web 2.0.
El giro en el aumento de la exposición de la intimidad fue tal que las redes sociales se convirtieron en un valioso lugar de interrelaciones sociales, totalmente ajeno a la familia y a la escuela. Sus funciones facilitaron y multiplicaron los contactos interpersonales, la sociabilidad y generaron el rápido acceso a fuentes de información y recursos de todo el universo.  
Al respecto, el reconocido sociólogo y escritor Ducan J. Watts mediante su teoría de Seis grados de separación establece que cualquier persona en la Tierra puede estar conectada a otra del planeta, a través de una cadena que no tiene más de cinco intermediarios. Lo que en términos populares se traduce con la famosa frase: “El mundo es un pañuelo".
Por consiguiente, las redes sociales tienen en el presente el mayor poder de comunicación. Internet alcanzó supremacía gracias a sus ideales fundantes de apertura y libertad de expresión. Un evidente ejemplo es Yahoo Respuestas donde al instante de hacer una pregunta, hay centenares de comentarios y réplicas. Ni mencionar las multitudinarias manifestaciones gestadas por los jóvenes en España y Libia, principalmente, gracias a la utilización de las herramientas de Twitter y Facebook que constataron su gigantesca llegada y peso global.
Y como proclama Daniel Domínguez, director general de la página web Ciber Sociedad“Todo fenómeno social debe ser analizado minuciosamente”Con esa premisa nació su promisoria iniciativa digital en mayo del 2000, a raíz de la idea de un antropólogo de analizar las incipientes, pero estrechas, relaciones entre la sociedad y las tecnologías de la información. Hoy, en un mundo totalmente digital, el sitio se convirtió en un exitoso y prestigioso territorio de investigación, reflexión, divulgación y consulta sobre el ciberespacio.
Justamente, en la Aldea global definida por el filósofo canadiense Marshall McLuhan nada es casual. Así, las personas encuentran en la web 2.0 a sus mejores aliadas para la construcción del “yo”: las redes sociales. Con total desparpajo, los usuarios comienzan a volcar sus intimidades como una forma de desarrollo psicológico y maduración individual. Sus personalidades se van configurando en función de las interacciones producidas dentro de los diferentes espacios virtuales.
“En la sociedad del espectáculo cada uno es aquello que sabe mostrar. Solamente es lo que se ve. Por eso, el fotolog, el facebook y los blogs, que hacen énfasis en la visibilidad, les ofrecen a los adolescentes la posibilidad de existir desde el preciso momento en que aparecen en Internet y los demás los ven”, explica Sibilia para entender mejor las nuevas identidades de los jóvenes.
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A su vez, otro de los puntos fuertes de las TIC es su posibilidad de reducir las distancias geográficas y los gastos económicos en un solo clic. El Grupo Michael Page, dedicado a la selección internacional de personal, consideró que el crecimiento de las redes sociales facilitó las relaciones laborales. “El sistema virtual es más veloz y económico, funciona como un escaparate a gran escala en donde los candidatos no solamente muestran y expresan sus capacidades y habilidades, sino que también exhiben valores añadidos a la empresa que busca profesionales con perfiles determinados”, sostuvieron desde la organización mundial al marcar el ocaso de las viejas formas de entrevistas de trabajo.
En definitiva, es el mismo universo contemporáneo el que se encarga de derribar las grandes tradiciones y verdades absolutas de antaño. Y al margen de las adhesiones y resistencias a la modernidad, nadie puede estar ajeno a las nuevas tecnologías. Negar el éxito de las redes sociales sería, aparte de un acto engañoso, un fútil intento de tapar el sol con las manos.
En los tiempos que corren, los hechos hablan por sí mismos: el abrupto incremento de los usuarios de Facebook y Twitter comprueba día a día las múltiples utilidades que brinda la red. Y más allá de cualquier pronóstico, la vasta historiografía de la humanidad demostró que las predicciones tienen vedada su existencia en el devenir histórico. Por eso, hoy la comunidad sólo podrá comprenderse en su época y contexto virtual, porque si ya el preciso suelo social es incierto, su permanente crujir es aún masivamente inesperado.

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