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sábado, 23 de mayo de 2009

El Nacedor

¿Por qué será que el Che tiene esa peligrosa costumbre de seguir naciendo? Cuanto más lo insultan, lo manipulan,
lo traicionan, más nace. El es el más nacedor de todos.
¿No será porque el Che decía lo que pensaba, y hacía lo que decía? ¿No será que por eso sigue siendo tan extraordinario, en un mundo dónde las palabras y los hechos muy rara vez se encuentran, y cuando se encuentran no se saludan, porque no se reconocen?

Eduardo Galeano

El poder es un señor muy distraído

Por privilegio de su impunidad,el poder se da el lujo de vivir en estado de perpetua distracción: se olvida de todo, se equivoca, no sabe lo que dice, ni se da cuenta de lo que hace. Las costumbres del poder se llaman errores o descuidos; pero el sur del mundo paga, con sus muertos por hambre o bala, el precio de las distracciones del norte.

Galeano, sebre Irak y los errores de EE.UU.

lunes, 18 de mayo de 2009

No Te Salves

No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo
pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.
(Mario Benedetti)

sábado, 16 de mayo de 2009

Amor

Hay tantas clases de amor que no sabemos a cuál de ellas hacer referencia para definirlo.Se llama falsamente amor al capricho de algunos días, a una relación ligera, a un sentimiento al que no acompaña el aprecio, a una costumbre fría, a una fantasía novelesca, a un gusto al que sigue un rápido disgusto;en una palabra, se da ese nombre a una amistad de quimeras.
"El amor es una tela que borda la imaginación"
(Voltaire)

martes, 5 de mayo de 2009

A veces

A veces nos pasa que nos cansamos de determinadas cosas. De ocasionales personas. De concretas situaciones. De aquello que en algún momento nos dio felicidad. Nos hartamos de nuestra vida. No es aquella que anhelamos. Miramos como sería de otra forma. De la manera que no nos atrevemos a vivir por una estéril cobardía. Y perdemos la conciencia tratando de modificar algo. Algún giro sorpresivo que ilumine el camino, aquel que venimos sosteniendo a duras penas. El que transitamos al mejor estilo equilibrista.

Queremos hacer un viaje. Empezar alguna extraña actividad. Lo que sea para reconfortar la situación.
Pero, ¿no es mejor ceder el paso a lo que tú interior realmente quiere? Jugársela, aunque sea por primera y última vez, por lo que dicta la voz del inconsciente. Poner las acciones a su nombre para así poder encontrar el verdadero sentido de cada día.

A veces me observo realizando cosas inesperadas. Insólitas. Aquellas incrédulas de causar tanta felicidad. Y sólo dejo actuar a mi impulso. Aquel acto que vira para siempre el rumbo caminado. Son aquellas pequeñas cosas las que le dan razón a nuestra existencia, dice el refrán. El gran problema de todo el mundo. Pienso: ¿Cuál es mi misión? Nacemos y sabemos de pronto por el entorno, más o menos, que tenemos que ir haciendo con los años. A tal edad el jardín, la escuela, la facultad, después el matrimonio (si tenemos suerte) y, por último, los hijos. Pero nunca nadie nos enseño a tener en cuenta nuestros sueños. Nuestra felicidad.

Como robots seguimos la inercia de toda la masa, de aquello que todo el mundo hace. Lo “correcto". ¿Pero quién definió qué es lo correcto? ¿Y para quién? Para mí puede ser una cosa y para el otro algo totalmente diferente. Todo dentro de parámetros coherentes. Pero el tema es que nos olvidamos de vivir. La vida es placer. Si uno no tiene placer para vivir, si no disfrutás de este preciso instante, la verdad que todo es vano. Porqué mejor no escuchar aquel niño que fuiste algún día. Al que le encantaba soñar. Vivir jugando. Y que por muchas razones fuiste callando, ocultando. Escucha su voz. Lo que piensa. Lo que verdaderamente quiere. Te aseguro, todos lo tenemos. Ahora sí, son muy pocos los que siguen sus consejos sin tener en cuenta los prejuicios de la muchedumbre. Y más, los propios. Son aquellos pocos los que logran ser felices. Los locos son los únicos que encuentran esa inexplicable magia de la vida.

¿De qué se trata vivir? ¿De la rutina diaria? De hacer lo POLÍTICAMENTE CORRECTO. De saber que uno se levanta temprano o tarde, da igual. A tal hora el desayuno. Luego el trabajo o facultad.
Y si te queda tiempo, sólo si es posible -que ya es un milagro-, recordás que tenías una vida, que mirabas pasar sentado. Que tenías algo muy importante que decirle a una persona y que nunca te animaste por una improductiva cortedad. Que tenías amigas que no valoraste a tiempo. Que fuiste perdiendo aquello que te hacía ser tú mismo. Tarde, siempre tarde. Dejándo el hoy para el mañana.
La rutina, parte obligada de la cotidianidad, se aleja en demasía de la felicidad. El regocijo es otra cosa. Tiene otro nombre. Otro color. Otro aroma. Mi bienestar son mis amigos. Mi familia. Es estar en mi casa o en Hawai con la persona que elijo regalarle todas mis horas. Pero no podemos ser la excepción de la regla. Primero hay que sufrir, para luego alcanzar algo, si queda, de felicidad. Uno relega las cosas más importantes y que son todo en nuestra vida. Espero aprender de los errores. Y que no sea demasiado tarde. Sólo ansío no malgastar más las horas, los días y la vida. Al igual que vos.

"Delante de mí había dos caminos. Elegí el más difícil y así todo fue direfente".

martes, 28 de abril de 2009

Los amigos

En el tabaco, en el café, en el vino,
al borde de la noche se levantan, como esas voces que a lo lejos cantan,
sin que se sepa qué, por el camino.

Livianamente hermanos del destino,
dióscuros, sombras pálidas, me espantan las moscas de los hábitos, me aguantan que siga a flote entre tanto remolino.

Los muertos hablan más pero al oído,
y los vivos son mano tibia y techo,
suma de lo ganado y lo perdido.

Así un día en la barca de la sombra,
de tanta ausencia abrigará mi pecho
esta antigua ternura que los nombra.

Julio Cortázar

" Y si Dios fuera mujer "



Si Dios fuera mujer
no se instalaría lejana en el reino de los cielos,
sino que nos aguardaría en el zaguán del infierno,
con sus brazos no cerrados,
su rosa no de plástico
y su amor no de ángeles.
Ay Dios mío,
Dios mío si hasta siempre y desde siempre fueras una mujer
qué lindo escándalo sería, qué venturosa,
espléndida, imposible, prodigiosa blasfemia.


-Mario Benedetti-

jueves, 23 de abril de 2009

No te detengas

No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tu puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
"Emito mis alaridos por los techos de este mundo",
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros "poetas muertos",
te ayudan a caminar por la vida
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los "poetas vivos".
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas ...
(Walt Whitman)

sábado, 18 de abril de 2009

Contigo aprendí

Contigo aprendí,
que existen nuevas y mejores emociones.
Contigo aprendí,
a conocer un mundo nuevo de ilusiones.

Aprendí,
que la semana tiene más de siete días,
hacer mayores mis contadas alegrías
y a ser dichoso yo contigo lo aprendí.

Contigo aprendí,
a ver la luz del otro lado de la luna.
Contigo aprendí,
que tu presencia no la cambio por ninguna.

Descubrí,
que puede un beso ser más dulce y más profundo,
que puedo irme mañana mismo de este mundo,
las cosas buenas ya contigo las viví.

Y también aprendí,
que yo nací el día en que te conocí.

Atravesar, esa es la cuestión

Morir no es la cuestión.
Sino hundirse despacio
en las arenas tibias de una ciénaga.
La cuestión es el barro
que se empeña en seguir
la habitual trayectoria del aire al respirar.
La cuestión es que algo,
una mano, un ojo,
siga agitándose en superficie mientras el corazón
desiste y el cuerpo se acomoda en el fondo.
Morir no es la cuestión.
Sino saber atravesar
la vida con la leve insistencia
de los insectos que andan sobre el cieno,
saber alimentarse de carroña,
abrevarse en las aguas pútridas
y ofrecer el espíritu que germina en lo sólido.
Nadie es inocente.
Todos lo somos, sin embargo.
Y no concluirá la travesía mientras quede uno,
tan sólo uno, vadeando la arena movediza
en busca de sí mismo.
Importa aprender a mirar de reojo las nubes
y ver cómo se forman las tormentas y cómo
aclara luego el día.
Importa ver el cielo tras las nubes,
ese vacío en el que todos los cambios se organizan,
ese vacío semejante a lo que somos bajo
los sentimientos que nos mueven.
En los cenagales se pudren los deseos
que no cumplieron su destino,
que es pasar como las nubes:
sin dejar rastro.
Atravesarlos sólo puede hacerlo
quien anda de vacío,
sin tiempo, sin historia.

jueves, 16 de abril de 2009

La partida


Ordené traer mi caballo del establo. El criado no me entendió. Fui yo misma al establo, ensillé el caballo y monté en él .

Oí una trompeta a lo lejos, pregunté al criado su significado. No sabía nada, ni había oído nada.


Me detuvo en el portón y preguntó : "¿Adónde cabalgas, señora?"
"No lo sé", dije , "fuera de aquí. Siempre fuera de aquí, sólo así podré llegar a mi meta".

"¿Así que conoces tu meta?", preguntó.
"Sí", respondí, "acabo de decirlo. Fuera de aquí, tal es mi meta".

SABIDURÍA E IGNORANCIA

Los importantes problemas a los que nos enfrentamos hoy no pueden resolverse con el mismo nivel de pensamiento que los creó.
Nunca consideres el estudio como una obligación, sino como una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber.
Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas.
En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento.
Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo.
Dar ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás; es la única manera.
Los grandes espíritus siempre han encontrado una profunda oposición por parte de mentes mediocres.
Si no puedo dibujarlo, es que no lo entiendo.
La falta más grave es no tener conciencia de ninguna falta.
La teoría es asesinada tarde o temprano por la experiencia.
La formulación de un problema, es más importante que su solución.
Lo importante es no dejar de hacerse preguntas.
La alegría de ver y entender es el más perfecto don de la naturaleza.
La palabra progreso no tiene ningún sentido mientras haya niños infelices.
Si no chocamos contra la razón nunca llegaremos a nada.
Pocas personas son capaces de expresar con ecuanimidad opiniones que difieren de los prejuicios de su entorno social.
Lo único que interfiere con mi aprendizaje es mi educación.
"Nunca consideres el estudio como una obligación, sino como una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber."

Albert Einstein

lunes, 13 de abril de 2009

Pastillas para no soñar (por Joaquín Sabina)


Si lo que quieres es vivir cien años,
no pruebes los licores del placer.
Si eres alérgico a los desengaños,
olvídate de esa mujer.
Compra una máscara antigás,
manténte dentro de la ley.
Si lo que quieres es vivir cien años,
haz músculos de cinco a seis.

Y ponte gomina que no te despeine,
el vientecillo de la libertad.
Funda un hogar en el que nunca reine,
más rey que la seguridad.
Evita el humo de los puros,
reduce la velocidad.
Si lo que quieres es vivir cien años,
vacúnate contra el azar.

Deja pasar la tentación,
dile a esa chica que no llame más.
Y si protesta el corazón,
en la farmacia puedes preguntar:
¿Tiene pastillas para no soñar?

Si quieres ser matusalén,
vigila tu colesterol.
Si tu película es vivir cien años,
no lo hagas nunca sin condón.
Es peligroso que tu piel desnuda,
roce otra piel sin esterilizar,
que no se infiltre el virus de la duda
en tu cama matrimonial.

Y si en tus noches falta sal,
para eso está el televisor.
Si lo que quieres es cumplir cien años
No vivas como vivo yo.

RESTAURAR LA TELA

Existe algo tenue que nos une a todos y que podemos mejorar o empeorar a medida que vamos actuando. Podemos salvar o destruir muchas cosas con un simple gesto que a veces parece absolutamente inútil.
"Puede ser incluso que mis sueños sean una tontería, pero no quiero correr el riesgo de no seguirlos: para mí, las relaciones entre los hombres son iguales a una inmensa y frágil tela de araña. Con mi accionar, estoy intentando remendar alguna parte de esa tela".

domingo, 12 de abril de 2009

Es necesario hablar de ciertas cosas

La verdad es que la idea de la muerte me acompaña todos los días desde el 17 de mayo del 2002, cuando tuve un accidente de tránsito dónde sentí, por primera vez, el perfume de la muerte.

Desde aquel instante, la idea de que todo podía acabar en cualquier momento era aterradora. Pero ese sentimiento duró muy poco.

Un día, en una peregrinación, me enseñaron un ejercicio que consistía en experimentar la sensación de ser "enterrada viva". El ejercicio fue tan intenso que me hizo perder por completo el miedo y pasar a encarar la muerte como una gran compañera de jornada, que está siempre sentada a mi lado, diciendo: "Voy a tocarte y tú no sabes cuando; por tanto, no dejes de vivir de la forma más intensa posible".

Por eso, nunca dejo para mañana lo que puedo vivir hoy, y en eso van incluidas las alegrías, las obligaciones para con mi estudio, mis pasiones, expresiones de perdón cuando siento que he herido a alguien, lo que sea. Aprendiendo a contemplar el momento presente como si fuera el último.

Puede parecer un contrasentido, pero conozco a muchas personas que ya han dejado de vivir, aunque sigan trabajando, comiendo y realizando sus actividades sociales de siempre. Lo hacen todo de forma automática, sin comprender el momento mágico que cada día trae consigo, sin pararse a pensar en el milagro de la vida, sin entender que el próximo minuto puede ser su último momento en la faz de este planeta.

Sé que a nadie le gusta pensar sobre este asunto, pero si de algo sirve, me gustaría que, por sólo un instante, mediten sobre las verdaderas cosas importantes de la existencia. Y tal vez sea la muerte la más importante de ellas: caminamos hacia ella, nunca sabemos cuándo nos tocará y, por tanto tenemos el deber de mirar a nuestro alrededor, agradecer cada minuto, agradecer también que nos haga pensar en la importancia de cada actitud que adoptamos o dejamos de adoptar.

Y, a partir de ahí, dejar lo que nos mantiene como "MUERTOS VIVOS" y apostarlo todo, por las cosas que siempre soñamos con realizar. Ya que el Ángel de la Muerte está -queramos o no- esperándonos.

Para empezar, nada mejor que Julio Cortázar

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo,la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja. Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mi como una luna en el agua.