Vistas de página en total

martes, 1 de abril de 2014

La gota

La gota cayó espesa y con ganas, 
como quien se arroja al mar rompiendo una ola.
Esa gota sudaba de erotismo, de deseo. 
Le gustaba vestir de ardor y transpiración la escena.
De tocar los cuerpos unidos bajo una última conexión furiosa.
Esa gota era mayúscula, madura. 
Sabía que ya no le quedaba tiempo.
Que aquella noche los instantes la consumían
lenta y progresivamente.
Esa gota no era una gota.
Esa gota se llevaba un océano de historia.
Dos vidas se secaban con su llegada al suelo.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario