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domingo, 30 de diciembre de 2012

Si pudieras - Las Pelotas


Si supiera adónde ir

intentaría fugarme solo

para poder seguir. 

Llegar hasta la cima de todo 

para sentirse vivo, 

Llegar hasta la inmensidad, 

para sentirse vivo... ♪♫



miércoles, 26 de diciembre de 2012

No podés tener una voz tan preciosa


Radiohead... magia




I want you to notice
When I’m not around
You’re so fucking special
I wish I was special... 

miércoles, 19 de diciembre de 2012

miércoles, 24 de octubre de 2012

Sonríe y confundirás al mundo


"Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay otros que luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay quienes luchan toda la vida, esos son imprescindibles", dice el maestro Bertolt Brecht. Y la Madre María Teresa de Calcuta es un claro ejemplo de estos últimos seres.  

lunes, 8 de octubre de 2012

Defender la alegría

Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas.

Defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas

de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos.

Defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardíacos
de las endemias y las academias.

Defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres.

Defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa.

Defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.



Mario Benedetti

sábado, 6 de octubre de 2012

Rainer María Rilke

"(...)Todo depende de haber tenido, una vez en la vida, una primavera sagrada que colme el corazón de tanta luz que baste para transfigurar todos los días venideros(...)".


           

jueves, 27 de septiembre de 2012

sábado, 1 de septiembre de 2012

¡No te olvides de ser feliz!

pablo_neruda
Pablo Neruda, eximio poeta chileno.
Muere lentamente
quien destruye su amor propio;
quien no se deja ayudar.

Muere lentamente
quien se transforma en esclavo del hábito
repitiendo todos los días los mismos senderos,
quien no cambia de rutina,
no se arriesga a vestir un nuevo color,
o no conversa con quien desconoce.

Muere lentamente
quien evita una pasión
y su remolino de emociones;
aquellas que rescatan el brillo de los ojos
y los corazones decaídos.

Muere lentamente
quien no cambia la vida
cuando está insatisfecho con su trabajo
o su amor,
quien no arriesga lo seguro por lo incierto
para ir tras de un sueño,
quien no se permite,
por lo menos una vez en la vida,
huir de los consejos sensatos…

Vive hoy.
Arriesga hoy.
Haz hoy.
No te dejes morir lentamente.

¡No te olvides de ser feliz!

lunes, 20 de agosto de 2012

El Ángel de(lata)

“Dame una oportunidad,
un cacho de pan y de cultura,
un minuto para mí,
y vas a ver cómo entonces
voy a fabricar un mundo
y te lo voy a regalar.”

- El Chino Carrizo -
Revista, Ángel de lata.


Ilustración de Lucas "Chino" Carrizo en la esquina de las calles
Lima y La Paz, de su barrio de zona oeste.
Cree que lo voy a prejuzgar. Por eso, se anticipa y me dice: “Mirá que yo no soy ningún negrito de mierda, ¿eh?”. Sus palabras me sorprenden. Pero rápidamente sonrío y lo escucho con la mirada sostenida. Aquel simple gesto parece cambiar de cuajo su actitud.
Ahora, distendido y predispuesto, se burla hasta del equipo de sus amores: “Está escrito. Por ser hincha de mi queridísimo Rosario Central, sé que voy a sufrir siempre. Son una de cal y veinte de arena, como así es la vida. Pero, ¿sabés una cosa? yo al Canalla no lo cambio por nada ni nadie”. La misma la camiseta auriazul que gozoso viste deja entrever en la parte externa de su brazo izquierdo la frase tatuada “Vivir sólo cuesta vida”, en alusión a la emblemática canción Ropa sucia de su banda preferida: Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota.

Lucas “Chino” Carrizo tiene 19 años, y se desarrolla desde 2009 como escritor y dibujante de la revista comunitaria de Rosario Ángel de lata. La luz del sol, que justo descansa en su rostro, le ilumina aún más sus achinados ojos verdes. Sin embargo, nada parece molestarlo en este preciso momento. Me mira fijo, casi sin pestañar, y me ofrece un refrescante vaso de agua –que según comenta- “no se le niega a nadie”. Y ahí soy yo la que se relaja por completo. 
Lo que queremos nosotros es que nos lean y se enteren realmente de lo que pasa en nuestros barrios”, expresa luego de un largo silencio y con la mirada tendida hacia el cielo. Por momentos, Lucas se muestra pensante y reflexivo. Como si procurase encontrar las palabras justas para decir. Como si cuidase atentamente cada mensaje emitido. Así son las declaraciones del joven escritor y dibujante: escuetas pero claras, precisas.                                                                   
                                                                       . . .
Conocí a Lucas el mediodía del martes 10 de julio de 2012. La ciudad estaba intratable: la humedad era la gran protagonista de la jornada. Pasadas las dos de la tarde, su peso caía duro y directo como golpe de ladrillo en la cabeza. Afuera, la vorágine de un clásico día laboral en el centro rosarino. Adentro, en el concurrido patio de la facultad de Humanidades y Artes, Carrizo con la última edición de la revista en la mano, me esperaba inquieto y un poco agitado.
El clima estaba tan insoportable que hasta los pájaros sentían la pesadez de la temperatura: se resignaban a emprender vuelo por el simple hecho de robarnos un minuto más de sombra, aquella que nos regalaba el inmenso árbol borracho a nuestras espaldas y el leve pero aliviador viento que circulaba en donde estábamos sentados. Ni el testimonio de voz grave de Lucas parecía atormentarlas, las aves con envidiable tranquilidad y plenitud nos acompañaban, como poético paisaje en su disfrute de la guarida.
Portada de uno de los ejemplares de la revista.
La conversación se extendió durante dos horas y media. Entre risas, distensiones y algunas que otras cavilaciones, el tiempo pasó como un rayo. Sirvió para conocernos, desechar prejuicios y entrar en confianza. Lucas es de esas personas a las que les cuesta soltarse, pero que una vez que comienzan a hablar no los para nadie.
Observó su reloj y enseguida advirtió su demora. “Perdoname, pero si no me voy ahora, no me compra más nadie la revista. Nos vemos el próximo martes apenas salgo del Taller de Escritura y Dibujo que, momentáneamente, el Ángel de lata está realizando acá, ¿sí? Te espero en este mismo lugar de la facultad”, manifestó mientras me dejaba su último ejemplar como material de estudio.            
                                  . . .
Una semana después llega nuestra segunda cita, tal como habíamos quedado. Ese día, sí saco el grabador para registrar sus declaraciones. Pero al comenzar la charla, Lucas está incómodo, nervioso. Se rasca la cabeza a cada instante. Tiene las manos transpiradas y sus mejillas ruborizadas cual payaso de circo. Sentado frente a mí, reposa inmóvil y en silencio. Espero décimas de segundos para interpelarlo, pero ahora en la competencia de posesión de palabra, su voz se erige como reina y triunfadora. 
No hay preguntas de por medio, ansioso se descarga del mismo modo que un adolescente escupe un chicle inmediatamente cuando está a punto de tragárselo: “Podríamos hacer la nota sin eso- señala el grabador-. Sinceramente, desde que lo prendiste no puedo dejar de mirarlo. Me desconcentra un poco, no puedo cerrar ninguna idea. Me molesta su luz roja prendida, es como sentirme controlado por alguien, algún milico o buchón”.  
Lo entiendo inmediatamente y accedo a su pedido. Porque como bien canta uno de sus grandes referentes, León Gieco: “Todo está guardado en la memoria”. Y su historia no es la excepción. Aparte, en esa circunstancia, mi única intención era desinhibirlo y romper el hielo.
Acto seguido, se disculpa: “Gracias, espero puedas entenderme, no tengo ningún problema con vos. Que sé yo, son mambos míos que los iré superado con el tiempo. Pasa que, cuando dormía en la calle, viví muchos años escapándome de esa maldita luz azul de la policía, y de todos esos vigilantes que te discriminan sólo por portación de cara”.
Ilustraciones de los chicos de la revista "Ángel de lata" 
en homenaje a la simbólica frase de Pocho Lepratti, 
militante social asesinado por la policía en 2001.
En el preciso instante en que levanto la mano para apagarlo, respira aliviado, como si hubiese perdido tres kilos. Luego agrega, ya sin la mirada atenta del grabador que yacía ahora apagado en mi cartera: “Dicen que hay marcas que duran para toda la vida, yo de tantas que tengo ya no me alcanza el cuerpo”. Y me muestra sus manos curtidas como ejemplo de ello.
                             . . . 
Lucas mendigó en la calle durante varios años, después de quedar huérfano con el fallecimiento de sus padres. Pero los tiempos de limosna son sólo recuerdos, resabios del pasado. Ahora, Carrizo vive en la casa de Pablo Benítez, su hermano de la vida, como lo llama él. Se conocieron dentro de la revista y desde aquella oportunidad, no se separaron nunca más. Toda la familia Benítez adoptó al Chino como un integrante más de su clan.
La figura de Lucas se erige cual gladiador de la Antigua Roma. No solamente por su robusta estructura física de 1.84 metros de altura y su fibroso peso de 86 kg. . Desde el fatídico 1998, año en el cual perdió a sus dos padres, batalla con loable dignidad contra las demoledoras adversidades, que hasta ahora le presentó su temprana edad.
Primero fue la pérdida de su mamá a los 37 años, debido a un cáncer de mama fulminante. O como está convencido el Chino, a causa de un cáncer de tristeza: “Mi vieja era una persona maravillosa que nunca pudo ser feliz por hacerse cargo durante toda su vida del puto alcoholismo de mi papá”. Esa silenciosa y progresiva enfermedad, que se llevó a su progenitor Edgardo Carrizo, a fines de diciembre de 1998, y con tan sólo 40 años.
Sin embargo, Lucas cuenta en su ADN con dos invencibles espadas para seguir dando pelea en el ring de la vida: su entereza y feroz perseverancia. Como lo demuestra todos los días cuando sale a vender la revista por los innumerables recovecos de la ciudad, o se sienta debajo de un árbol a cazar las jugosas historias que –según destaca– circulan por el Parque de España, y merecen ser contadas.

Obra de arte de Tomi, incluida en una de las
ediciones del Ángel de lata. 
“El río tiene algo especial, genera en mí una inspiración mágica. Es sencillo: yo me siento a observarlo y al instante tengo que sacar mi indispensable libreta para comenzar a escribir. Así nacen mis mejores crónicas de la sección ‘Historias urbanas’ del Ángel de lata. Con el maravilloso río Paraná como musa inspiradora”, reflexiona mientras los estudiantes se acercan a saludarlo.
Lucas es un visitante de lujo en la universidad de Humanidades. No existe persona que si lo conoce, no lo aprecie. Como se dice coloquialmente es “el clásico chico carismático y popular”. Y por más humilde que se muestre, el Chino sabe muy bien cuáles son sus encantos.
“Conozco esta facultad como la palma de mi mano, es mi recorrido diario. Acá encontré a muchos de mis mejores amigos”, comenta contento y orgulloso del camino recorrido. El mismo establecimiento ofició de Cupido: bajo su techo vio, por primera vez, a quien es hoy -según dijo- “la dueña de su corazón”.
Su nombre: Mariela Espinosa. Tiene 20 años y es su fiel compañera de ruta desde 2010. Una ávida estudiante del segundo año de Letras, que frente a la pregunta sobre qué fue lo primero que la atrajo de Carrizo destacó su "veta histriónica" y su evidente “ángel”.
“Marie es mi editora preferida, siempre antes de publicar cada escrito o dibujo necesito escuchar su voz autorizada. Mi novia es una mujer con todas las letras. Gracias a ella pude terminar el secundario en un EMPA. Y aunque yo sea un poco duro y lento para aprender, siempre se hace un tiempo para enseñarme a redactar sin errores de ortografía”, expresa con inconmensurable satisfacción sobre la persona que eligió como madre de sus hijos. 



“Deberíamos preguntarnos
continuamente
qué hacen todos esos pibes en la calle,
y la respuesta no debería ser obvia,
debería ser cuanto menos, inquietante,
cuanto menos, diaria
cuanto menos, movilizadora.”

- El Tomi -
Revista, Ángel de lata.


Cuando el Ángel comienza a volar


Corre el mes de julio de 2000. Es el momento propicio para lanzar a la calle el primer número de la revista Ángel de lata, gracias al proyecto solidario impulsado por el virtuoso dibujante y escritor rosarino, Tomás D'Espósito Müller -que pide que lo llamen "Tomi"-.

Su salida al mundo gráfico se hace bajo la invocación de Rodolfo Walsh, Pocho Lepratti, Ernesto Che Guevara, Roberto Fontanarrosa y Carlos Mugica, entre otras loables personas. “Porque los pibes los tenemos como referentes cuando escribimos y pensamos”, subrayó el Chino sobre las influencias de la revista, realizada mayoritariamente por un grupo de chicos de distintas villas de Rosario. Por ahora, la venta está a cargo de ellos mismos, mano en mano y “a un precio solidario”. 
                                                                             . . .

Miércoles 25 de Julio. Tomi está cansado. Cuenta que hace desde las 6 de la mañana que está despierto y que encima, todavía tiene la mitad de las cosas por realizar. De palabra, la nota estaba pactada a las 16 hs. por una hora de extensión, en el reconocido bar de calles Sarmiento y Santa Fe. Y cumplió con lo acordado: sólo pasaron algunos minutos de las cuatro de la tarde.

Parado, espera a que me siente. Llama al mozo y, ahora sí, toma asiento.

- ¿Cómo estás vos?, me pregunta por mera cortesía.

- Bien, contesto. Y, por su acentuado apuro, voy directo al grano de la entrevista: ¿Cómo nació el proyecto “Ángel de lata”?

- Hace varios años que conocía la experiencia de la "La Luciérnaga", una publicación que trabaja con problemáticas de la niñez y adolescencia en los barrios marginales de Córdoba, dándoles la posibilidad a los chicos de comprometerse por un proyecto de vida. Y me pareció más que interesante empezar a construir un emprendimiento similar en la ciudad. Por eso, junto con un grupo de personas, que ya veníamos desarrollando otras actividades de tinte social y solidario, comenzamos a soñar con el “Ángel de lata” que luego de muchísimo esfuerzo pudo concretarse.

-¿Y cuáles eran tus objetivos específicos a la hora de lanzar la revista?, lo interpelo anticipándole que es la última pregunta. Piensa un rato, respira profundo y luego con notable serenidad, contesta:

- A grandes rasgos, para crear un emprendimiento editorial que mejore la calidad de vida de aquellos chicos carenciados de Rosario, que por diversas causas, quedan excluidos del sistema civil. Más allá del valioso aprendizaje educativo que en esencia guarda el “Ángel de lata”, la idea central de su nacimiento fue para devolverles a todos los jóvenes marginados, sus fundamentales derechos que durante décadas les fueron robados. Si ellos a partir de su pertenencia a este proyecto social logran modificar su circunstancia, para mí la revista ya es todo un éxito.

“Espero haber agotado tus inquietudes”, acota Tomás mientras pide la cuenta y se levanta. Ya en la puerta del bar, se disculpa por su marcada urgencia y, como compensación, me induce a volver a consultarlo por cualquier posterior duda. Se lo agradezco y de inmediato, cada uno continúa con su rutina.
               . . .
Canillita e integrante del "Ángel de lata" en su distribución diaria.

“El temor se basa en la incomunicación”, reza una de las frases escritas en la contratapa de la de la revista como leitmotiv de su existencia. Los fondos se obtienen mediante la colaboración de los compradores, donaciones, festivales y actividades benéficas como torneos de fútbol. En las páginas del Ángel de lata no hay publicidad paga. Sólo se pueden publicar avisos de algunos negocios de amigos o vecinos y solicitadas sociales.

Precisamente, uno de esos afortunados amigos de la revista es el destacado artista y escritor de Rosario/12, Adrián Abonizio. Su pluma embellece cada página como colaborador en Redacción, quién en su promisorio nacimiento no quiso dejar de bendecirlos: “Les deseo, queridos, grandes éxitos. Que sean ustedes capaces de escuchar. Y ser escuchados. Que digan y escriban palabras querientes. Y sean queridos. No se tomen en serio nada que no los haga reír”.

Y los chicos supieron tomar debida nota de su recomendación. Convirtieron en hechos sus deseos: la ironía y el humor son marca registrada en las ilustraciones de la revista. La mayoría de ellas bajo la creación artística de Tomás y Lucas, que desde el 2009 forma parte del equipo de trabajo del Ángel de lata. Allí, forjó una de sus grandes amistades: Pablo Benítez, y encontró su mejor salida a la exclusión social.

”Todos estamos muy orgullosos del progreso del Chinito, como lo apodamos acá. Cuando llegó a la revista vino un poco obligado por mí. Sólo tenía referencias suyas en el barrio por su talento para dibujar. Por entonces, Lucas estaba totalmente desencantado con la vida. Pero con el correr del tiempo, es increíble cómo se fue comprometiendo con su trabajo, convirtiéndose en un verdadero profesional”, se entusiasmó Pablo, hoy su colega e íntimo amigo.

Y también Lucas, a su modo, dejó entrever el mismo mensaje de Benítez con sus palabras: “Acá los chicos son todos muy buena onda, me tratan muy bien. Y está re bueno esto de sentirse querido, de poder hablar con alguien que te escuche y aconseje cuando uno lo necesita. Por eso, después de conocer a esta gente de primera y poder vivir de lo que más amo en la vida, yo ya no quiero salir a mendigar nunca más”. 
                                                                             . . .

La anarquía de la muerte. 
Mi tercer y último encuentro con el Chino fue la tarde del domingo 29 de julio. El lugar elegido: las escalinatas del Parque de España, su refugio predilecto. Todavía quedaban algunos destellos del radiante sol del mediodía. La temperatura a las 16.35 era ideal: 17°. Fue la charla más relajada y productiva de todas las que habíamos tenido. De hecho, ya ni la presencia de mi grabador periodístico a su lado le molestaba. El contexto del río como telón de fondo ayudaba a promover los sentimientos más escondidos.   

Mate de por medio, primero, bromea sobre su congénito don: “Mi pasión siempre fue dibujar. Creo que cuando apenas nací en vez de una mamadera, me dieron un lápiz”. Y a continuación, me hace una propuesta, ratificando una vez más su evidente desparpajo y carisma: “Si no tenés que irte ya con tu novio, vas a ser una afortunada en llevarte, hoy mismo, una ilustración de tu cara del mismísimo Chino Carrizo. No lo desaproveches, sé lo que te digo”. Dicho y hecho.

Y cuando la tarde comienza a caer, llega el momento más introspectivo del día. Como si tuviese un fuego ardiendo por dentro, Lucas descarga su artillería más pesada, que ya no cabía en su garganta: “Porque los ‘negritos de mierda’-palabras recurrentes en su discurso- , como todos suelen llamarnos si uno es morocho y se viste con ropa deportiva, también tenemos derecho a escribir y, principalmente, a soñar”.

Atenta, observo su brillosa mirada. Y mientras escucho su voz y asiento son la cabeza, lo percibo realizado. En paz. Porque para tantos chicos como Lucas Carrizo, los talleres de escritura del Ángel de lata, así como el proceso de distribución de la revista, es un momento de libertad. Una valiosa posibilidad de darle voz a aquellos que piden a gritos contar su historia y verdad. 

Ya el sol cayó por completo en el centro de Rosario. Atrás queda la fantástica tarde de domingo. Ahora el clima nos regala una tenue brisa. A las ocho de la noche, se respira tranquilidad y plenitud. La misma que goza Lucas cada mañana, cuando sale orgulloso a vender sus obras de arte.

Levanta la mano, y me grita: “¡chau Naiara, que esto no se corte, che!”. “Por supuesto que no Chinito”, le respondo y camino hacia la parada del colectivo, con la convicción de haber aprendido muchísimo ese día. Pero, esencialmente, con la certeza de haber conocido a un ser humano excepcional.

Cuando el periodismo se enamora de la literatura


Con la irrupción del Nuevo Periodismo al mundo de los medios masivos de comunicación, las historias encontraron su mejor refugio para ser contadas. Aparece la literatura para embellecer los relatos periodísticos y la rigurosidad del periodismo de investigación para potenciar el contenido de las novelas literarias. Un claro ejemplo de esta nueva forma de hacer periodismo es el texto El Ángel de(lata).

Así, en base a la enriquecedora teoría de Albert Chillón, el mencionado escrito facticio potencia el minucioso manejo de los recursos literarios. Gracias a la información obtenida en la investigación periodística, procura trabajar el lenguaje en profundidad a lo largo de toda la narración. Por ejemplo, a la hora de relatar los encuentros del periodista con Lucas Carrizo -protagonista del hecho ficcionalizado- se priorizan al máximo las descripciones y observaciones de cada momento.

En ese sentido, los datos y documentos suministrados son expresados detalladamente y de modo figural, como rasgo bien característico de la crónica. “Todo acto de dicción es también un acto de ficción”, sostiene Chillón. Por eso, se utilizan técnicas ficticias para empapar de diferentes grados y maneras la realidad narrada en la nota El Ángel de(lata): utilizar, por ejemplo, la metáfora de la figura de gladiador de la Antigua Roma para describir a Lucas.

De forma paralela, para imprimirle mayor realismo al escrito se respeta el lenguaje espontáneo (urbano) de las declaraciones de los entrevistados. Las narraciones conversacionales (diálogos) fueron transcriptas con el explícito objetivo de plasmar su naturalidad y veracidad. De hecho, se percibe que ninguna entrevista efectuada fue planificada ni estructurada.

A su vez, se apela a un relato coral para reflejar la historia de vida de Lucas Carrizo: aparte de privilegiar su voz, se exhiben otros testimonios cercanos para que hablen por él. Es decir, las declaraciones de Mariela Espinosa (novia), Tomás D’espósito (director del Ángel de Lata) y Pablo Benítez (amigo y colega) cobran gran relevancia al estar unidas por un lazo en común: la existencia del protagonista (Lucas). 

A propósito, es el mismo escritor Chillón, quién destaca en “Textos facticios” como técnica esencial, la utilización de múltiples voces para proporcionar un positivo contrapunto en la historia. Aunque todos juntos constituyan un coro multitudinario y anónimo (simples voces desprovistas de corporeidad), la intención del autor, en todo momento de la escritura, fue cohesionar esos variados testimonios con intervenciones argumentales, consideraciones autoriales e informaciones de contexto. Precisamente para facilitar su posterior lectura.

En esa sintonía, el mismo se plantea alcanzar un conocimiento verdadero (su verdad) sobre los hechos, recomponiendo el rompecabezas documental obtenido en el trabajo de investigación, como si realizase una reconstrucción misma de los acontecimientos relatados.

Y para completar aquellos espacios vacíos del relato de Carrizo, que permitan reconstruir y entender tanto la historia como el alcance de la revista con mayor coherencia y exactitud, se buscaron otras miradas: como entrevistas a consumidores del Ángel de Lata, otros jóvenes integrantes del equipo de trabajo, y periodistas e intelectuales que colaboran ad honorem del mismo proyecto gráfico (como Adrián Abonizio y Sonia Tessa de Rosario/12).

Al mismo tiempo, desde la fundamentación de Tomás Eloy Marínez en "Ficciones verdaderas", una de sus principales obras, se aspira a contar otra visión de los hechos, a dar una mirada diferente. No adversaria de la realidad del mundo sino como deseo de otra realidad, aquella que se desplaza hacia el territorio de la imaginación. Lograr una escritura literaria que sea capaz de empalabrar los hechos y donde el narrador salga con el cuerpo, con los pies en el barro de la problemática elegida, a contar nuevas historias.

Por otro lado, fiel a uno de los aspectos fundamentales del Nuevo Periodismo, se desecha la presencia de una estructura lineal en el desarrollo narrativo del texto: del presente se traslada permanentemente al pasado, y viceversa. El énfasis está puesto en trasportar a los lectores al espacio-tiempo de los hechos. En dejar de lado las formas tradicionales de la crónica, el reportaje y la narración para centrarse más en las descripciones, los diálogos realistas y la libre manifestación de los pensamientos.

Tal es el caso que, en base a los conceptos desarrollados por Elinor Ochs, se concreta una escritura atravesada expresamente por las emociones y pareceres del escritor. Precisamente, bajo la figura de un narrador testigo, se relatan los acontecimientos alternando la primera y tercera persona, entrelazando permanentemente los sucesos con las posiciones ideológicas. Como muestra basta el comienzo del texto:”Cree que lo voy a prejuzgar. Por eso, se anticipa y me dice: 'Mirá que yo no soy ningún negrito de mierda, ¿eh?'. Sus palabras me sorprenden. Pero rápidamente sonrío y le contesto: 'Estoy convencida de que no sos nada de eso'. Esa simple aclaración parece cambiar de cuajo su actitud."

En tanto, se incluyen los documentos obtenidos, como las fotos e ilustraciones de Lucas ”Chino” Carrizo, para imprimirle la debida rigurosidad y seriedad a la investigación. Luego de una puntillosa exploración en las ediciones gráficas de la revista Ángel de lata y en archivos digitales, más los datos recabados en todas las entrevistas, se refleja la historia de vida de Lucas Chino Carrizo totalmente al desnudo, despojada de cualquier estigma o prejuicio. Resaltar su condición humana, como por ejemplo, cuando se remarca la declaración de Lucas donde expresa que “los pobres también tenemos derecho a escribir y, principalmente, a soñar”.

Justamente, todos los encuentros del periodista con el protagonista de la historia ficcionalizada (Lucas), las entrevistas a diversas personas de su círculo más íntimo (Mariela Espinosa, Pablo Benítez, Tomás D’Espósito), los trabajos de campo y la ardua revisión bibliográfica, constituyen parte del recorrido investigativo realizado. Gracias a toda esa información recabada, se construye “la visión que tiene el narrador” sobre los hechos. Porque, como proclama Ochs, cada relato es una selección más que un reflejo de la realidad.


Bibliografía consultada:
- CHILLÓN, Albert. Literatura Y Periodismo, Una tradición de relaciones  promiscuas, Universidad Autónoma de Barcelona  y Universidad de Valencia.
- CHILLÓN, Albert. Las escrituras facticias y su influjo en el periodismo moderno.
- CHILLÓN, Albert. Clasificación de Narrativas Facticias.
- MARTÍNEZ, Tomás Eloy. 2000. Ficciones verdaderas, Planeta, Buenos Aires. Prólogo.
- MARTÍNEZ, Tomás Eloy. El periodismo vuelve a contar historias. La Nación, suplemento.
- MARTÍNEZ, Tomás Eloy. La Nación, suplemento cultura, domingo 18 de noviembre de 2001.
- OCHS, Elinor. 2000. En El discurso como estructura y proceso, Gedisa.

Informe de las actividades de la Investigación

24/6 - Estado del arte

En primera instancia, para recabar la mayor cantidad posible de información sobre la temática elegida, exploré puntillosamente las diferentes ediciones del Ángel de Lata. Y a su vez, repasé su material bibliográfico (historia, fotos, testimonios, etc.). Leí todas aquellas notas periodísticas, que en la web reflejaban el trabajo social y periodístico de los chicos a la hora de escribir en la revista. 

Quería estar suficientemente empapada sobre el tema, a la hora de presentarle a la profesora María Elena Sánchez el Proyecto para el Trabajo Final de Redacción 2. Una vez aprobado el mismo, diagramé una lista con los posibles entrevistados. 

7/7 - Contacto

Me contacto con Lucas “Chino” Carrizo, escritor y dibujante de la revista Ángel de lata. Ya tenía un mínimo conocimiento previo sobre su persona por frecuentarlo en la misma facultad de Humanidades y Artes, donde curso el segundo año de Filosofía.

Todas las mañanas, Lucas visita la universidad para vender la revista y, a su vez, los martes al mediodía cursa un Taller de Escritura y Dibujo, a cargo del Ángel de lata. Por eso, en uno de esos cruces pacto con él nuestro primer encuentro: el martes 10 de julio, cuando sale de sus clases. Contento, acepta la entrevista. 

Mientras tanto, pienso en el primer acercamiento hacia su persona. Mi idea es hacer una entrevista no estructurada, más bien, en profundidad, para aprovechar al máximo la espontaneidad y naturalidad de Lucas. De hecho, decido ese día no llevar el grabador para evitar cualquier posible inhibición y por ende, lograr más rápido su confianza.

10/7 - Primer encuentro

Llega el día. Es nuestra primera cita en el patio de la facultad. Nos presentamos formalmente y le cuento el objetivo de la entrevista, más mis expectativas. Él, con la última edición de la revista en mano, me muestra algunos de sus trabajos, entretanto hace un breve relato sobre su historia. Al final, quedamos en vernos el próximo martes, en el mismo horario y lugar.

17/7 - Segundo encuentro

Nos volvemos a ver en la universidad, que no cerró sus puertas en vacaciones de invierno por las mesas de exámenes. El segundo encuentro es más extenso y reflexivo. Lucas está más suelto y eso, facilita un contacto más íntimo a su experiencia de vida. El protagonista de mi narración se percibe predispuesto al reportaje. Sólo lo incomoda, en un principio, el grabador que luego fue respectivamente apagado y guardado.

Además, al terminar la charla, me invita a acompañarlo un rato, en su recorrido habitual de venta por la peatonal. Accedo, introduciéndome aún más en la distribución directa que realizan los chicos para vender personalmente la revista Ángel de lata.

Es admirable la dedicación y entrega que tiene Lucas a la hora de ofrecerla. Aunque la primera respuesta mayoritaria de los lectores sea el rechazo, él se esmera por atraerlos. Y lo consigue: de diez personas que en un comienzo se resistieron, luego de su insistencia la mitad de ellas se va observando un ejemplar en la mano.

El trabajo de campo con Lucas en la distribución de la revista es por demás positivo. Aparte de enriquecer mi análisis, también me deja con muchísimos interrogantes. Mientras caminamos por el centro rosarino, el “Chino” me nombra a Tomás D’Espósito (director y encargado de la editorial de la revista Ángel de lata) como uno de sus grandes referentes y segundo papá. Me cuenta el enorme afecto que siente para con él y todo lo que sigue aprendiendo a su lado.

Por eso, inmediatamente le pido su contacto para realizarle una entrevista. Me pasa su número de teléfono y ansioso, se ofrece a anticiparle a Tomi sobre mi futuro llamado. Se lo agradezco y continuamos hablando sobre la palpable indiferencia social que recibe al invitar a la gente a comprar la revista.

18/7

Al otro día en la facultad, acordamos vernos nuevamente en su próxima clase del Taller de Escritura y Dibujo. Mi objetivo era presenciar el desempeño de esa enseñanza, y sus reacciones. Llega el momento, y logro interiorizarme aún más sobre el funcionamiento de la revista, como a su vez, confirmo el gran talento que tiene Lucas a la hora de dibujar.

Paralelamente, en esa misma semana, entrevisto a varios compradores del Ángel de Lata para conocer con mayor exactitud su recepción. Como también, reporteé a otros jóvenes integrantes del equipo de trabajo de la revista y periodistas e intelectuales que colaboran ad honorem (como Adrián Abonizio y Sonia Tessa de Rosario/12) en ella, con el fin de tener otras visiones sobre su funcionamiento.

Ya con la valiosa información obtenida hasta el momento, comienzo a escribir el bosquejo de mi texto facticio. Los diferentes testimonios alcanzados amplían mi visión sobre la personalidad de Lucas, me ayudan a interiorizarme aún más sobre su trabajo en la revista y el funcionamiento general del solidario proyecto editorial Ángel de lata.

23/7

Recién la mañana del lunes 23 de julio, veo otra vez a Carrizo en la facultad pero con su compañero de trabajo y amigo, Pablo Benítez. Por eso, aprovecho esa circunstancia para hacerle algunas preguntas a Pablo sobre Lucas. Observo su relación de amistad y me llama poderosamente la atención, el trato afectivo y recíproco de ambos. En todo momento, se aconseja el uno al otro con recomendaciones sobre lo que hará cada uno cuando salga ese mismo lunes a la noche.

Posteriormente, en los pasillos de la facultad, me contacto con Mariela Espinosa, la novia de Lucas, para lograr un relato coral sobre la historia contada. Accede fácilmente y en sus palabras, el Chino aparece como un ser humano ejemplar y muy querido. Está claro porque es su compañera de vida: en todo momento recalca la admirable condición humana de Lucas y los sueños que ya planificaron juntos, como casarse y tener muchos hijos. Ese mismo día al saludarla en la salida de la facultad, me encuentro nuevamente con Lucas y, otra vez, me sumo durante algunas horas, en su cotidiano trabajo por la peatonal rosarina.

25/7

Al llegar a casa, llamo a Tomás y acuerdo entrevistarlo el miércoles de esa misma semana en un reconocido bar céntrico de la ciudad. En la reunión, el creador de la revista Ángel de lata llega un tanto atareado, pero sus declaraciones bastan para agotar todas mis dudas. Ya en la puerta de aquel lugar, se disculpa por su apuro y me incita a consultarlo nuevamente por cualquier próxima inquietud.

29/7 - Tercer encuentro

Por mi parte, en todo momento seguí escribiendo el bosquejo de mi Trabajo Final, con cada nueva entrevista realizada. Aunque mi tercer encuentro con Lucas se da el domingo 29 de julio, en el Parque de España. Es la cita más productiva de todas, donde logro obtener sus declaraciones más jugosas, de hecho acepta la presencia de mi grabador.

Ya consumado el último encuentro con Lucas, llego a casa y termino de escribir el texto facticio de mi investigación periodística. Agrego sus flamantes declaraciones y datos suministrados. 

20/8

Por último, en la revisión y edición final, realizo aquellas correcciones ortográficas y narrativas aún pendientes. Y luego, me encargo de las correspondientes publicaciones digitales.

Fuentes:
* Entrevistas:
- Protagonista de la historia: Lucas "Chino" Carrizo: escuchar un fragmento del audio.
-Tomás D'Espósito, artista plástico local e ideólogo de la revista Ángel de lata.
- Mariela Espinosa, novia de Lucas Carrizo.
- Pablo Benítez, amigo íntimo y colega de Carrizo en la revista.

*Ediciones gráficas del Ángel del lata: la mayoría de las fotos utilizadas fueron extraídas del contenido de la revista.
*Material bibliográfico de la revista.
*Páginas web relacionadas a la temática elegida: 
http://elangeldelata.blogspot.com.ar/
http://www.slideshare.net/Jnannini/angel-de-lata-presentation
http://eldesmitificadorargentino.blogspot.com.ar/ 
http://eltomimuller.blogspot.com.ar/
http://eltomidesposito.blogspot.com.ar/ 
http://tomimuller.blogspot.com.ar/ 

Nota: en algunas entrevistas no se utilizaron filmaciones ni grabaciones por expreso pedido de los entrevistados. También, en los primeros encuentros con Lucas Carrizo, se utilizó la misma metodología para evitar inhibiciones y rechazos.