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domingo, 30 de agosto de 2015

DE QUE NADA SE SABE

La luna ignora que es tranquila y clara 
y ni siquiera sabe que es la luna; 
la arena, que es la arena. No habrá una
cosa que sepa que su forma es rara. 

Las piezas de marfil son tan ajenas 
al abstracto ajedrez como la mano 
que las rige. Quizá el destino humano
de breves dichas y de largas penas 

es instrumento de otro. Lo ignoramos; 
darle nombre de Dios no nos ayuda. 
Vanos también son el temor, la duda 

y la trunca plegaria que iniciamos. 
¿Qué arco habrá arrojado esta saeta 
que soy? ¿Qué cumbre puede ser la meta?


Jorge Luis Borges.

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